sábado, 13 de febrero de 2010

Ventana sobre una mujer: a la memoria de Manucho






























Cajón.

Imagino ese momento.

Veo la gente llorar desconsoladamente.
Veo sus caras desoladas.
Ellos saben que nunca volverá.
Aparentan una cosa y son otra.
Espero que ese día nunca llegue...
Por el momento

Ese día llego.
Ya no me imagino más nada.
Todo es verdad.
Veo la realidad, veo el dolor, ya no lo sueño.
Veo sus caras desoladas,
la mía también.
Otras sobran,
otras sólo figuran,
otras dibujan lágrimas falsas.
Otras ni existen.
Mujeres que me apretan, me consuelan, me apañan, me mienten.
¿Para qué?
Sí ellos saben qué nunca volverá...